El Huracán

y sus destrozos

A mis fieles lectores:                                                             

Sin ánimos de repetir lo que he escrito, sino buscando dar un nuevo punto de vista a ideas ya revisadas o con el afán de conseguir pescar nuevas ideas mientras que se escribe, trataré con ciertas ideas quizá un poco inconexas pero con la intención de conseguir nuevas perspectivas a cosas que ya veíamos, que ya pensábamos.

Es interesante ver alrededor nuestro y encontrar un mundo lleno de competencia. Como todos dicen en algún momento: el pasto del vecino siempre es más verde que el mío. Es curioso, siempre hay algo que nos hace querer más. Puede ser que si siquiera queramos más simplemente algo diferente, a veces algo tan simple como lo que no tengo yo pero él sí. Por qué pasa esto si todos tenemos problemas, por qué a veces queremos cambiar cuando lo que hay enfrente es suficiente para el alma.

Hay una cierta paz en la naturaleza que me llama, el silencio, la tranquilidad, como funciona el mundo que me lleva a querer dedicar mi tiempo a otras actividades que quizá no son tan habituales. Veo un bosque y quiero estar ahí varias horas, sólamente viendo, sólamente escuchando y pensando. Veo la lluvia y sólo quiero verla. Las prisas matan esos sentimientos y nosotros sin siquiera dudar nos dejamos asaltar por este fenómeno pensando que es normal. No apreciamos lo simple que puede ser a veces caminar, perder el tiempo en lo normal, dedicar tiempo a cuidar lo que llevamos dentro.

Existe dentro de nuestras rutinas un fino hilo que se vuelve muchas veces estructura de nuestras vidas, que guían el caminar de nuestras vidas sin que nos demos cuenta, es un hilo que recorre el camino por el que transitamos pero que no vemos. Ese hilo es una forma de repetir todos los días lo mismo, eso sólo cambia cuando se ama realmente. Creo que nos estamos engañando, nos da tanto miedo cambiar que no damos el paso a tratar de ver un lugar mejor. La crisis no sólo es inminente sino que vivimos inmersos en ella y no queremos abrir los ojos a una realidad donde las actividades no van a llenar nuestro interior sino que es alguien más por medio de esas actividades. Buscamos al final esa paz que no se consigue sino por medio de la guerra, las crisis…

Pensé en ellas y cómo funcionan, sé que hay muchas teorías y todavía puedo y debo estudiar mucho del tema para hablar con autoridad. Sin embargo una de las ideas que pasó por mi cabeza es sugerente… La crisis se da cuando se fuerza a un cambio en nuestras rutinas que nos saca del lugar habitual. Cambia algo dentro de nosotros o dentro de nuestras circunstancias que nos hace estar desalineados. Para que exista el correcto equilibrio de una persona tiene que haber correctas circunstancias para esta persona o debe haber un cambio en la persona para adaptarse a las circunstancias. En pocas palabras o cambia la persona o cambia las circunstancias. Si no están alineadas las crisis continuará y puede terminar mal. Cuando se da el cambio, la persona puede crecer o acomodarse.

Son dos opuestos que se enfrentan y que siempre prevalece uno frente al otro. Cuando la crisis acaba mal, cuando no se da esta alineación, una persona sin darse cuenta mata una parte de él, rechaza en cierto punto una oportunidad de crecer y acaba con su potencialidad que ofrecía esa problemática. Cuando alguien acaba con la crisis pero decide no cambiar sino que hace lo posible por mantenerse como está sólo se acomoda. No puede realmente saberse con certeza qué tanto creció como persona pero lo normal es que no lo haya hecho por adoptar esta posición. Cuando finalmente se opone a las circunstancias, cuando encara un nuevo reto y decide cambiar para estar a la altura de su situación es cuando una persona crece y toma la forma de esa persona que podía llegar a ser y efectivamente lo logra. 

En palabras es muy fácil decirlo pero cambiar por crecer hace madurar. Cuando luchamos por este cambio renunciando a lo que debemos renunciar sin serle infiel a nuestra identidad y nuestra intimidad, lo que realmente nos hace ser nosotros es cuando se gana la batalla. Es un terreno conquistado de algo que no sabíamos que éramos o podíamos ser nosotros pero decidimos serlo.

¡Si te gustó compártelo a alguien que crees que le pueda interesar! Me interesa tu opinión así que responde este correo…

Nos vemos el siguiente domingo a las 7pm…

Una canción que me recomendaron que es sugerente...