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Tesoro intocable
Lo que me encuentro caminando
A mis fieles lectores:
Este viene largo, lo debía…
Caminando por la calle uno puede hacer muchas cosas. Puede ver el celular siendo indiferente a todo lo que pasa a su alrededor; observar el cielo buscando la forma que tienen las nubes, soñando despierto; mirar a su alrededor para descubrir la belleza de lo ordinario; hablar con alguien más disfrutando una buena conversación; o mirando al suelo. Cuando uno va cabizbajo, no por tristeza necesariamente, observando el camino que tiene bajo sus pies, entonces puede descubrir muchas cosas. En la ciudad normalmente no encuentras nada pero de vez en cuando uno encuentra un billete, ese billete se convierte en un tesoro. En realidad, uno puede descubrir muchos tesoros en todas las actividades mencionadas que se pueden realizar al caminar, sin embargo cabe preguntarse cuál es el mejor tesoro. Sin querer crear una nueva teoría del valor de los tesoros si podemos hacer una pequeña “jerarquía” que ordene un poco lo que encontramos al caminar.
Evidentemente es de mayor valor encontrar un billete de 500 pesos que uno de 20, pero a mi parecer mayor que esto es toparse con una gran puesta de sol, todavía más grande es el valor de encontrar a un amigo en el camino. Nuevo o antiguo.
Últimamente he tenido tiempo de rebotar el tema con varias personas y es fundamental pensarlo cada cierto tiempo. La Amistad es un tesoro que debe pasar por nuestra cabeza por lo menos una vez al mes, o incluso mucho más seguido. Procede del amor, radicalmente son lo mismo, pero en sus formas son distintas. Con varios amigos hemos dialogado sobre lo qué es, lo que debería ser y si tiene límites; es una cuestión que no se limita sólo a la teoría sino que debe vivirse. La amistad es querer a otra persona y hacerse persona junto a ella.
Es una cuestión relacionada con la libertad de una persona para estar abierta a los demás o no. En el fondo todos queremos ser felices; somos felices encontrando lo bueno; pensamos que la amistad es buena; por lo que buscamos la amistad para ser felices. Empecemos preguntando qué es la amistad, C.S. Lewis utiliza una imagen para describir la amistad que me parece que sirve bastante, dice: "Normalmente los enamorados están frente a frente, absortos el uno en el otro; los amigos van el uno al lado del otro, absortos en algún interés común". Al comparar deja muy en claro la diferencia entre la pareja y los amigos, mientras que en la primera el único interés es el otro y su corazón, en la amistad ambos miran a un interés “externo” que les es común. Explica en el mismo libro, Los Cuatro Amores, como surge la amistad; de una tarea en común como cazar un bisonte, tras haberlo conseguido siempre se hablaba de las maniobras y hazañas que acontecían durante la contienda, de esa actividad (el interés en común) y de esa conversación posterior, surge la amistad. Aunque puede nacer ahí, hace falta más para tener el tesoro completo.
Una vez pasado el primer interés, sigue el tiempo de cosecha. Creo que la mayoría de personas está de acuerdo al afirmar que se necesita tiempo para tener una amistad. Por eso al tener ese común denominador lo lógico sería convivir con esa persona, mientras más tiempo pase la una con la otra, mayor es la posibilidad de profundizar en esa amistad. Cabe mencionar que a pesar de que puedan incluso compartir la rutina diaria 5 días a la semana, eso no es suficiente para que la amistad sea real. Además del tiempo pasado con esa persona y del interés en común, debe nacer un interés por la otra persona en sí misma. Se resume en una palabra: Cariño.
Cuando encajan esas piezas con forma correcta, el rompecabezas empieza a mostrar la imagen final. Una vez que tengo el interés, el tiempo y el cariño sólo queda “desarrollar” esa amistad, agrandarla. En esas condiciones uno expone parte de su intimidad a otra persona esperando que la otra haga lo mismo. Ahora bien ¿qué es la intimidad?

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Según la página Etimologías de Chile: “La intimidad está formada con raíces latinas y significa “Cualidad de introducirse en el afecto de alguien”. Sus componentes léxicos son: in- (hacia adentro), -mus (sufijo superlativo), más el sufijo -dad (cualidad)”. En otras palabras, es lo más interior de mí mismo que entrego a alguien más. Es a donde entro cuando quiero y soy querido. Es la base de la amistad, ese amor que tienes por otra persona entregándote en tu forma más propia. Si consigo tener las condiciones mencionadas arriba una persona entonces encara la opción de amar o no al otro; de la elección en ese preciso momento se define si seré o no amigo del otro. He de decir que no es una elección definitiva, siempre se puede descuidar o volver a elegir aún después de haber rechazado varias veces.
Te quiero por ser tu. Te quiero porque te conozco a ti y no sólo lo que te gusta sino a tu persona real. Cuesta conseguir ese amor y el precio que se paga, la moneda, soy yo mismo. Por eso deja de ser una cuestión de surgimiento, y comienza a ser una decisión. No es simplemente gente que pasa a mi lado sino que se convierten en personas que caminan conmigo.
Lamentablemente hoy estamos inmersos en la cultura superficial, de la inmediatez y del placer. Podemos no encontrar el verdadero valor del tesoro, muchos lo hemos desprestigiado o incluso tirado por tonterías. Caminamos entonces indiferentes a la intimidad que alguien me puede ofrecer y esa persona se convierte en un juguete; o caminamos a la defensiva sin querer ofrecer nuestro interior a nadie por falta de confianza. Hemos de superar ambos traumas, debemos dar una correcta apreciación al valor de la amistad y hemos de estar dispuestos a ser lastimados con tal de conseguir amigos sinceros, reales, profundos.
Arriba distinguí el amor de pareja muy a la ligera en oposición a la amistad. No fue un accidente. El matrimonio es el amor más grande que se puede dar en la tierra, por debajo está la amistad. Sencillamente porque aunque la base del matrimonio es la amistad, en él se da la unión de intimidad del cuerpo y alma, en la amistad sólo se puede llegar a una intimidad del alma. Con una pareja el amor se vuelve exclusivo para el otro, en la amistad es inclusión y por eso podemos hacer nuevos amigos sin perder a los que ya teníamos. Es la diferencia entre una vocación y un tipo de amor. Pero en ambos se da esa unión de la intimidad del alma. En ambos el cariño forma a la otra persona y a uno mismo por la misma naturaleza de la relación. Cuando me hago persona junto a otro y gracias al otro por medio de ese amor que le tengo entonces le puedo llamar amistad real. Obviamente en ella siempre habrá chistes, tonterías, juegos, pláticas profundas, filosofía, aprendizaje y todo lo que conlleva estar junto a otra persona. Es el descubrimiento de mi mismo en otra persona; no porque me parezco, sino porque ya le entregué algo de mí y decidió guardarlo dentro de sí.
Ahora bien, bajo todas estas ideas sólo encuentro dos límites a la aspiración de ser amigo de todo el mundo: el tiempo y la humanidad. El tiempo objetivamente se nos acaba, no es suficiente para llegar personalmente a todos; aunque sí a bastantes. La humanidad es que nos podemos cansar como personas, hay gente que no va a cambiar de idea y que no va a querer compartir su corazón conmigo. Límites objetivos, subjetivamente puedes mencionar todo lo que quieras. Esas barreras que existen sólo se puede descubrir su tamaño intentando, por eso nuestra mejor alternativa es abrir a todos el interior. Procurar ser amigo de todos.
P.D. 1 Cabe aclarar que cualquier silogismo compuesto durante este artículo fue sin considerar ningún tipo de regla lógica formal, sino que sólo implicación de sentido común.
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