Un nuevo amanecer

Dejar de luchar es comenzar a morir

A mis fieles lectores:                                                             

¿Necesitas una crisis para cambiar?

Esta vez te encuentras mirando de frente el camino. La cima todavía queda algo lejos. Es una de esas montañas que te hacen conocerte un poco más, retándote a la cara, tratando de hacerte volver a casa. ¡Oh engreída montaña que te consideras a ti misma imposible de coronar!, como si fueras una fiera imposible de domar. Al mirar atrás observas el rastro de pisadas que gritan el dolor que cada zancada produjo; imaginas que las faltantes representan nuevos infiernos. Ha pasado una hora desde que fuiste presa del cansancio y tus pies temblaron dejándote en el suelo. El mal que puede producir una excursión como esta llega a superar a cualquier otro conocido, nunca antes ha sido tan peligrosa la cobardía de seguir luchando por alcanzar la cima.

Estamos a la puerta de una nueva montaña, el 2024. Cada año tratamos de entender qué camino tomar, qué provisiones llevar, que pequeños peñones queremos conquistar antes de cantar victoria. Ahora, antes de empezar a recorrer el camino, la montaña podría llegar a parecer tan solo una simple meseta. Podrías incluso despreciar el reto, pero la montaña es astuta y se deja ver así para que en el momento más crucial de la subida, por haberla subestimado, desistas en subir y abandones la contienda. No puedes rendirte. La montaña es la materialización de los sueños vivos, que queremos realizar, por esto es fundamental apretar la fuerza de voluntad, avivar el corazón, mantenerlo encendido y no retroceder.

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Después de soñar, sigue acometer. Prepararse para emprender el viaje y comenzarlo con la ilusión y el anhelo de hacerlo realidad. Necesitas un mapa, el miedo a perderse es tangible y por eso es razonable ir poco a poco. Lento en un principio para acostumbrar las piernas para el viaje y que resistan lo que van a sufrir; porque un sueño cuesta. (Si quieres saber qué entiendo por sueño lee el artículo anterior “los sueños”) Los momentos para descansar son vitales, pretender correr cuando es largo el camino sólo es una pérdida de tiempo y esfuerzo, pero… ¿Qué pasará cuando no puedas seguir?

Ese es el meollo del asunto, ¿Si duelen tanto los pies que es necesario parar?¿Si este año no logré lo que soñé? Los propósitos de año nuevo, en muchas ocasiones son un error desde el momento de formularlos; si alguien se plantea comenzar a correr 10 km diarios desde el 1ro de enero cuando actualmente no corre nada, vive con los pies despegados del piso. De la misma forma, todos estamos expuestos al mismo error, somos víctimas de la misma ingenuidad. Por eso, el primer paso después de soñar es pisar firme, necesitas entender cuál es tu realidad. Después, como en cualquier cosa, todo es poquito a poquito. Si antes podías hacer 10 lagartijas ahora haz 11, si antes leías un libro al año, proponte dos o tres. Es hora de mirar la montaña que cada quién tiene enfrente y elaborar el plan con el que vamos a coronar la cima. 

Para este punto del artículo ya lo había acabado con otras ideas y otro texto pero me negué a entregar esas ideas. La verdadera pregunta es si has sentido lo mismo alguna vez, probablemente si. Ahora, es de vital importancia que entiendas la muerte: vas a morir en algún momento. Sí quiero ser dramático. ¿Qué estás haciendo en este momento de tu vida? ¿Has pensado en ese proyecto, ese propósito que siempre has querido realizar? Quizá ya lo empezaste o quizá ni siquiera lo has pensado. ¿Dónde estás? Esos sueños tienen que valer la pena, lo suficiente para entregar el alma por realizarlos. Cómo dijo el filósofo “El miedo es el primer paso para ser valiente”, despierta, no pierdas el tiempo. ¿De qué te sirve soñar esos sueños si terminan por desaparecer en la nada?

Si tienes eso, no temas seguir avanzando, a pesar del dolor. Hace una semana ví en la pared de un Kinder con pinta socialista la siguiente frase: “Dejar de luchar es comenzar a morir”, no sé realmente quién lo haya dicho pero me parece que tiene razón. En especial porque luchar es amar, por lo que dejar de amar es comenzar a morir.

Pero seamos sinceros, ¿necesitas una crisis para cambiar? Hay personas que llegan al final de su vida sin haber hecho nada de provecho… ¿vas a ser uno de esos o vas a dar el siguiente paso? si fuera a visitarte al hospital en tus últimos días ¿podrías relatar el sueño que realizaste o sólo podrías expresar un profundo lamento? Depende de ti querer y todavía más importante: depende de ti querer querer.

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Nos vemos el siguiente domingo a las 7pm…